Search

La microbiota de la piel se empieza a conformar desde el nacimiento, y a medida que crecemos va aumentando. Nuestra piel es generalmente hostil a la mayoría de las especies microbiológicas, por lo que aunque la piel de los bebés está continuamente expuesta, solo unas pocas especies que pueden hacer frente a las condiciones de la piel pueden convertirse en colonizadores primarios.

Los microbios primarios más exitosos son los que pueden vivir a un pH bajo con temperaturas superficiales muy fluctuantes. También deben poder hacer frente a las altas presiones osmóticas que se producen cuando el sudor se evapora y luego se concentra en sales disueltas. Una vez establecidos, estos microbios comienzan a cambiar sutilmente el entorno en el que viven. Reducen los niveles de oxígeno local y producen sustancias, como biopelículas, que permiten que los diversos colonizadores secundarios se establezcan en la piel. Debido a que los nutrientes se limitan principalmente a sales, proteínas, lípidos y materiales de los microbios ya establecidos, este ecosistema es bastante exclusivo. Esta microbiota cutánea en desarrollo evita que muchos otros microbios se adhieran y, por lo tanto, comienza a crear un escudo defensivo, constituyendo una barrera inmunológica.

La microbiota de la piel pronto se convierte en una multitud de comunidades que viven en simbiosis y son interdependientes, estabilizándose por complejas interacciones nutricionales. Además, también producen moléculas como ácidos, enzimas y bacteriocinas que son perjudiciales o incluso mortal para otros microbios.

Cuando se produce un desbalance en el número de este tipo de bacterias que viven en armonía en nuestra piel, puede dar lugar a que otras bacterias patógenas también la colonicen, llegando a acarrear problemas dermatológicos como por ejemplo el acné.

Prebióticos y probióticos

En los últimos años, y a medida que se va conociendo más como funciona y como está compuesta la microbiota, son muchos los laboratorios cosméticos que apuestan por el uso de probióticos y prebióticos para el cuidado de la piel.

  • – Los probióticos son microorganismos vivos (como lactobacillus) que se usan desde hace muchos años en alimentación, pero que también comienzan a usarse en el sector de la cosmética. Para ello, se pueden utilizar los microorganismos lisados, es decir, fragmentos de los probióticos, para que no supongan una carga bacteriana en el producto. Su función es alimentar a las bacterias beneficiosas para el organismo como lo hacen los prebióticos.

– Los prebióticos son ingredientes que inducen cambios específicos, tanto en la composición como en la actividad en la microflora de nuestra piel (o de nuestro sistema digestivo), y confiere beneficios para el bienestar y la salud del individuo. Suelen ser carbohidratos vegetales (como la inulina, el glucomanano o el xilitol entre otros), que han demostrado ser un buen alimento para las bacterias beneficiosas (amigas) de la flora cutánea y no para las bacterias patógenas.

Si quieres conocer en más sobre los últimos avances científicos en el conocimiento de la microbiota y el uso de probióticos y prebióticos, no te pierdas nuestros próximos artículos en los que hablaremos más en profundidad sobre este tema.

Bibliografía

Al-Ghazzewi, F. H., & Tester, R. F. (2014). Impact of prebiotics and probiotics on skin health. Beneficial microbes, 5(2), 99-107.           

Byrd, A. L., Belkaid, Y., & Segre, J. A. (2018). The human skin microbiome. Nature Reviews Microbiology, 16(3), 143.

Search