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El uso de cremas solares es la práctica mas extendida para frenar los efectos dañinos de la radiación solar en nuestra piel. Como contábamos en el artículo anterior, los rayos UV producen daños que derivan en foto-envejecimiento o incluso mutaciones en el ADN de nuestras células, entre otros. Sin embargo, a pesar de su eficacia los protectores solares tópicos también tienen limitaciones intrínsecas, principalmente su corta semivida en la piel que lleva a una necesidad de replicación frecuente, o el hecho de que muchos filtros solares son altamente perjudiciales para el medio ambiente y los océanos.

Por estos motivos, se buscan nuevas formas de prevenir el fotodaño que potencien el efecto de los protectores solares tópicos. En concreto, en los últimos años está en el punto de mira la llamada “nutriprotección”. La nutriprotección consiste en el uso oral de un complemento alimenticio como coadyuvante a la protección solar tópica, permitiendo una mayor protección frente a las radiaciones UV. Los suplementos orales con propiedades fotoprotectoras son sobre todo sustancias con efecto antioxidante.

Los fotoprotectores orales no protegen directamente la piel contra el daño inducido, sino que potencian el efecto de los protectores tópicos y ayudan a frenar los daños producidos por la radiación solar. Por otro lado, poseen varias ventajas destacando su facilidad de uso y que su eficiencia no se ve alterada por condiciones externas como el contacto con el agua, por ejemplo. La suplementación oral utilizada con este fin normalmente se compone de sustancias que actúan aumentando el efecto antioxidante del cuerpo tras la pérdida de antioxidantes endógenos debido al fotodaño, reduciendo los radicales libres y la inflamación de forma que la piel mantiene mejor su capacidad de reparación. Además, aumentan la dosis mínima eritematosa (DME), de forma que se necesitaría más radiación solar para que se forme eritema en la piel (o que se produzca una quemadura solar).

A continuación, destacamos algunos compuestos que han demostrado su eficacia como fotoprotectores orales debido a su efecto antioxidante.

  • Carotenoides: pigmentos que se encuentran en una amplia variedad de verduras y frutas, además de algunas algas. Los carotenoides disminuyen las especies reactivas de oxígeno (ROS) generadas por la radiación solar. En este grupo destacan compuestos como el licopeno, la astaxantina o la luteína.
  • Nicotinamida: promueve la estabilidad del ADN y previene el daño celular.
  • Vitaminas C, D y E.
  • Ácidos grasos omega-3: previenen la inflamación y los efectos a largo plazo de la radiación solar.
  • Polifenoles derivados del té verde: destacan las catequinas, con efecto antioxidante y antiimflamatorio.
  • Extracto de polipodio: destaca por su contenido en ácido ferúlico y ácido cafeico, con potente efecto antioxidante. Además, ha demostrado efectos protectores del ADN y antiinflamatorios usado como complemento de fotoprotección oral.
  • Extracto de Coleus Forskolin: destaca por su contenido en forskolina, un diterpenoide que ha demostrado en estudios tanto in vivo como in vitro que acelera la reparación de los daños producidos por el sol.

 

Referencias

Parrado, C., Philips, N., Gilaberte, Y., Juarranz, A., & González, S. (2018). Oral photoprotection: effective agents and potential candidates. Frontiers in medicine, 5, 188.

Michalak, M., Pierzak, M., Kręcisz, B., & Suliga, E. (2021). Bioactive Compounds for Skin Health: A Review. Nutrients, 13(1), 203.

Thompson, K. G., & Kim, N. (2021). Dietary supplements in dermatology: A review of the evidence for zinc, biotin, vitamin D, nicotinamide, and Polypodium. Journal of the American Academy of Dermatology, 84(4), 1042-1050.