El día 15 de mayo se celebra el Día Europeo contra la Obesidad. En la actualidad, la prevalencia de la obesidad va en aumento en todo el mundo, alcanzando ya niveles pandémicos. La obesidad representa un importante desafío para la salud porque aumenta sustancialmente el riesgo de enfermedades como diabetes mellitus tipo 2, enfermedad del hígado graso, hipertensión, infarto de miocardio, accidentes cerebrovasculares, etc.
Este problema no solo afecta a los adultos, sino también a la población infantil y adolescente. La prevalencia de la obesidad infantil en todo el mundo se ha más que duplicado desde 1980, debido a múltiples factores que aún están por dilucidar. Las estrategias para prevenir la obesidad infantil se han centrado principalmente en la intervención conductual y la modificación del estilo de vida. Sin embargo, sus efectos han sido bastante limitados hasta ahora y ningún país ha logrado combatir la epidemia de obesidad a la que nos enfrentamos.
En los adultos, las estrategias de prevención y tratamiento de la obesidad tampoco han tenido éxito a largo plazo. Modificar el estilo de vida y aumentar el gasto energético tienen una eficacia limitada, ya que los mecanismos moleculares subyacentes a la obesidad son complejos, y las adaptaciones hormonales, metabólicas y neuroquímicas que ocurren en el cuerpo hacen que se dificulte la pérdida de peso. Por todo ello, se precisa de una mejor comprensión de las diferencias regionales en la prevalencia y las tendencias de la obesidad, y de esta forma encontrar estrategias de intervención más prometedoras.
También se buscan componentes naturales que ayuden como complemento a las estrategias de prevención actuales. Numerosos estudios sugieren que el uso de algunos suplementos herbales y dietéticos pueden ayudar en paralelo con un estilo de vida saludable.
Coleus forskohlii: esta hierba contiene forskolina, un diterpenoide que tiene la capacidad de estimular la enzima adenilato ciclasa. Esta enzima produce monofosfato de adenosina (cAMP), un mensajero secundario tiene una amplia gama de actividades bioquímicas. Entre ellas, cAMP participa en rutas que desencadenan los procesos metabólicos de termogénesis inducida por la dieta, aumentan la masa corporal magra y estimulan la pérdida de grasa corporal.
Garcinia cambogia: como agente contra la obesidad, contiene ácido hidroxicitrico, que puede reducir el apetito, aumentar el gasto energético y suprimir la síntesis de ácidos grasos y potenciar la síntesis de glucógeno en el hígado.
Cúrcuma: presenta actividades con potencial relevancia para el tratamiento del síndrome metabólico, obesidad y diabetes. En el tejido adiposo humano, la curcumina reduce la expresión de las adipocinas proinflamatorias interleucina-6 (IL-6) y TNFα, e induce la expresión de adiponectina, el agente antiinflamatorio más importante secretado por los adipocitos. Además, presenta efectos antihiperglucémicos y sensibilizadores a la insulina.
Ashwagandha: las propiedades farmacológicas de la Ashwagandha se atribuyen a su composición, destacando los withanólidos. Además de los efectos descritos en la monografía, también se ha visto que puede reducir la resistencia a la leptina, y por tanto ser de ayuda contra la obesidad.
Las antocianinas también tienen actividades antiinflamatorias, antidiabéticas y antiobesidad. En animales, la suplementación con antocianinas ha demostrado provocar la reducción del aumento de peso corporal, de los niveles de grasa y lípidos viscerales y reducir la resistencia a la leptina.
Bibliografía
Blüher, M. (2019). Obesity: global epidemiology and pathogenesis. Nature Reviews Endocrinology, 15(5), 288-298.
Majeed, M., Majeed, S., Nagabhushanam, K., Gnanamani, M., & Mundkur, L. (2021). Lesser Investigated Natural Ingredients for the Management of Obesity. Nutrients, 13(2), 510.